Indicar a los pacientes las pautas para que lleven a cabo un cepillado adecuado de sus dientes es fundamental para preservar la salud oral. Entre las recomendaciones para una correcta rutina higiénica diaria destacan:

  • La dureza de las cerdas del cepillo manual y su forma.  La más recomendada es la media y de forma recta o redondeada. Habrá casos clínicos que necesiten cepillos especiales, dependerá del tratamiento clínico en el que se encuentre el paciente.
  • Cabezal del cepillo. Cuanto más pequeño sea, más fácil será acceder a zonas de espacio limitado. No obstante, todo dependerá del que mejor se adapte a sus necesidades clínicas.
  • Lo más recomendable es cambiar el cepillo cada tres meses o tras la finalización de alguna infección bucal, así como mantenerlo higienizado.

Ayudar a los pacientes en la preservación de su salud oral es un gesto que puede aumentar su confianza en las visitas a la clínica.

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